Gabriel Velázquez, director de ‘Zaniki’: «Hacer esta película ha sido un auténtico milagro»

20/10/2019.- El director español Gabriel Velázquez ha presentado en la sección Castilla y León de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid su sexto largometraje. Zaniki, proyectada este domingo 20 de octubre en los cines Broadway, traslada a la gran pantalla la historia vital de los Mayalde, una familia salmantina dedicada a preservar la música tradicional y transmitirla de generación en generación.

La película se centra en la forma en la que Eusebio Mayalde quiere contagiar a su nieto la cultura musical que lleva dentro. El protagonista es capaz de hacer melodías con cucharas, sartenes y todo tipo de utensilios. Esto es lo que cautivó a Gabriel Velázquez. «Desde el momento en el que le conocí supe que quería hacer una película sobre él», relataba.

La producción del largometraje ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Salamanca, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Salamanca. No obstante, el rodaje no ha sido fácil ya que como el propio director afirmaba, «una semana antes no teníamos claro si el proyecto se iba a llevar a cabo, ha sido un auténtico milagro».

El filme pretende exaltar el folklore y sus valores tradicionales y el escenario elegido para ello ha sido Salvatierra, pueblo donde vive Eusebio junto a su mujer Pilar. «En su tiempo fue el pueblo más rico de Salamanca, después se empezó a marchar la gente hasta quedarse desértico», decía Gabriel. Además, se han incluido imágenes a modo de homenaje rodadas en los municipios de San Pedro de Rozados, donde vivió en padre del director y en Santo Tomé, cuyo cementerio solo tiene dos tumbas.

El título del largometraje, Zaniki, refleja la forma en la que Eusebio se refirió a su nieto durante la excursión que realizaron para rodar la película. «Fue en ese momento cuando Beltrán dejó de ser él para formar parte de la naturaleza», contaba Gabriel. Además, el director ha recalcado la facilidad de trabajar con la familia Mayalde gracias a un procedimiento sencillo. «El sistema fue crear una postal bonita, introducir a los personajes en ella y recrear escenas, nada de ficción», concluía el director.