24/10/2019.- El realizador argentino José Celestino Campusano, director de Hombres de piel dura, ha departido esta mañana con medios de comunicación y público durante la rueda de prensa celebrada tras la proyección del filme, que participa en la Sección Oficial a concurso de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid.
Su propuesta refleja algunas de las caras posibles de la homosexualidad a través de las relaciones que entabla su protagonista, Ariel (Wall Javier), un joven gay que tras el desengaño amoroso que sufre de su primer amor, el cura de su parroquia (Germán Tarantino), decide explorar su opción sexual con otros hombres de su entorno.
La carga en la cuestión de la pederastia y la corrupción en la Iglesia católica atraviesa también todo el argumento del filme. «Recuerdo la sorpresa que me causaron las charlas que mantuve con miembros del clero sobre el proyecto fílmico. Estos se mostraron abiertamente corporativos y desentendidos del problema», ha lamentado el director. En sus indagaciones al respecto, el equipo encontró contundentes evidencias de que «la realidad es mucho más oscura que lo que se muestra en la película; pero eso sería otra película».
Material tomado del entorno
El realizador argentino ha explicado el modus operandi de su equipo: plantear el filme, llegar al sitio, hablar con la gente e incluirla en la película. Incluso los diálogos suelen haberse producido realmente y más tarde se reproducen. «El 70 por ciento proviene de la vida misma», ha afirmado Campusano, que acepta que sus filmes son casi documentales, pero con los tiempos y los ritmos de las narrativas de ficción.
La estrategia se extiende a los propios actores, generalmente personas no profesionales o que no han tenido contacto con el ámbito cinematográfico. «Muchas hacen teatro desde hace tiempo, así que cabría preguntarse si entendemos por profesional el que no ha actuado o el que no es famoso. Otros no han interpretado nunca, si siquiera en teatro, como el caso del protagonista. Pero en lo que se refiere a la selección de actores nuestro compromiso con la comunidad es irrenunciable», ha explicado el realizador.
«A veces se nos ofrecen actores profesionales, incluso gratis, porque consideran positivo vincular su carrera con una película social. Pero preferimos incorporar a alguien del entorno y pagarle como a un actor profesional a ceder a ese principio», ha recalcado Campusano.
Cine social
Los referentes de los filmes de Campusano y su productora, Cinebruto, son siempre sociales, no cinematográficos. Los diálogos y peticiones de permisos para poder entrar en ciertos entornos están en la base de cualquier trabajo. Para el realizador, tomar contacto con la realidad sin juzgarla es el punto de partida. «La humildad y la aceptación abren todas las puertas», ha sentenciado.
Cuando se plantean un filme, en el objetivo está esa realidad social. «Nunca hacemos películas para ganar premios u obtener beneficios económicos. Tenemos otro tipo de principios, y por eso no nos tiembla el pulso a la hora de hacer películas tan irreverentes», ha comentado.
En el círculo concreto de Hombres de piel dura, situado entre lo urbano y lo rural, el concepto de homosexualidad suele ser sinónimo de amaneramiento y feminización. Es decir, que en una pareja hay un activo y un pasivo, y solo el pasivo es homosexual y, por tanto, el estigmatizado. Tal como ha aclarado, «los contextos rurales son mucho más permisivos con cuestiones como esta o como con la prostitución de chicas muy jóvenes». Y ha rematado: «Estoy seguro de que en los entornos rurales también pasa en España. Lo que no está a la vista es más permisivo».