- El director estadounidense, que sorprendió en 2013 con la película Little Feet con sus propios hijos como protagonistas, vuelve a Seminci con otro largometraje con su familia al frente del elenco
25/10/2020.- El realizador estadounidense Alexandre Rockwell regresa a Seminci con su película Sweet Thing, la historia de dos adolescentes que deben salir adelante en el seno de una familia desestructurada, con un padre alcohólico y una madre ausente. Y lo hace de nuevo de la mano de sus hijos, Lana y Nico Rockwell, como ya hizo en 2013 con la película Little Feet, que se presentó en la Sección Oficial de la 59 Seminci. En esta ocasión además, se suma al elenco su esposa Karyn Parsons.
«Me sorprendió que aquella película recibiese la estupenda recepción que tuvo y decidí hacer una especie de secuela, en la que he intentado capturar la misma idea: la poesía de la enorme imaginación que tienen los chavales. Asumí el riesgo como director y, pese a las dudas, la verdad es que tuve suerte”, ha comentado Alexandre Rockwell por videoconferencia desde Estados Unidos reunido en el salón con el resto de su familia.
En Sweet Thing el desafió fue mayor, ya que los protagonistas son adolescentes y tienen ese gran deseo de libertad. “Cuando se encaminan a la edad adulta se tienen que adaptar a una serie de reglas de conducta y constricciones a las que, más tarde, subyacen tendencias como el racismo. Es un choque y es normal que los niños se pregunten si han hecho algo malo, es un dilema que enfrentan todos”, ha indicado el director.
Pese a las dificultades, Rockwell se ha mostrado satisfecho con el resultado y presenta al público una cinta en la que dos hermanos deciden apartarse del complicado mundo de los adultos gracias a la amistad de Malik, un joven que los libera de sus grilletes. Juntos se embarcan en un viaje hacia el poético mundo de la infancia.
Lana Rockwell, quien solo ha trabajado en cine con su padre, ha señalado en esa videoconferencia que aunque a veces era complicado separar esa figura de la director, ha sido un trabajo fácil porque ambos mantienen una buena relación y se comunican bien.
“Hay ventajas y desventajas, pero trabajar con la familia también lo hace más fácil”, ha indicado la adolescente, más interesada en contar historias que en actuar. “Es algo que he heredado de mi padre”, ha añadido.
La escena más dura para Lana fue en la que le cortan el pelo de una forma agresiva, pues es una de sus principales señas de identidad, pero también ha asegurado que aprendió mucho de esas partes más complicadas del rodaje.
Por su parte Nico Rockwell, que se cortó el pelo en solidaridad con su hermana, también ha destacado la buena relación con su padre y lo divertido que ha sido este trabajo. Sin embargo, antes que ser actor, confiesa, prefiere dedicarse al deporte.
“No siento especial pasión por la interpretación. Ha sido una experiencia muy divertida, pero no sé qué vendrá después, me gustaría ser jugador de la NBA”, ha señalado entre risas sentado junto a su familia.
Karyn Parsons era la primera vez que trabajaba con sus hijos y también se ha mostrado satisfecha con la experiencia. “Me gustó hacer este personaje, aunque tiene su parte sombría, y agradecí hacerlo junto a Alexandre”, ha señalado.