31/10/2020.- “Ha sido una edición diferente, dadas las circunstancias, pero precisamente por eso, ha sido extraordinaria”. Esas han sido las palabras con las que la actriz Eva Marciel ha comenzado este sábado la gala de clausura de esta 65 edición de Seminci marcada por la pandemia. Porque si hay algo que en estos tiempos difíciles puede servirnos como una especie de antídoto contra confinamientos y pesimismo es el cine, un arte capaz de trasladarnos a otros lugares, de hacernos soñar, de hacernos libres. “El cine tiene esa magia, nos ayuda a enfrentarnos a realidades con una actitud vital y constructiva”, ha dicho Marciel, quien ha ejercido de maestra de ceremonias junto a la periodista Elena Sánchez en el Teatro Calderón de Valladolid.
El público de esta Seminci ha podido disfrutar de las más de 150 películas que se han proyectado tanto de forma presencial como online a lo largo de ocho días, entre largometrajes y cortometrajes. Además, el festival estrenó su Canal Seminci, a través del cual se han podido seguir prácticamente todos los eventos de esta 65 edición.
Los primeros galardones en pasar por el escenario este sábado en la gala de clausura han sido los de Castilla y León en Corto (De Perfil, de Alejandro Renedo y Reflejo, de Juan Carlos Mostaza –mención especial-), seguidos de la Espiga Verde (Éxodo Climático, de David Baute) y la Espiga Arco Iris (The Night Train, de Jaerry Carlsson).
A continuación la actriz Emma Suárez, miembro también del jurado internacional en esta edición, ha subido al escenario para entregar el Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director, que ha recaído en la directora húngara Lili Horvát. Como la realizadora no ha podido trasladarse hasta Valladolid, ha sido Daniel Bajo, director de Karma Films, quien ha recogido el galardón en su nombre. “Es una directora con un tremendo talento y estamos muy contentos de poder traer esta película a España”, ha señalado.
Después ha sido el turno de DOC. España, sección en la que ha resultado premiado el largometraje Tierra de leche y miel, de Héctor Domínguez-Viguera, Carlos Mora y Gonzalo Recio, un retrato sobre el desplazamiento y las cicatrices de la guerra. “Este es un premio muy importante para que la película se vea y para que las voces de los protagonistas lleguen”, ha dicho Mora al recoger el galardón. En esta misma sección también ha habido una mención especial del jurado a El niño de fuego, de Ignacio Acconcia.
En Tiempo de Historia los proyectos premiados han sido el cortometraje de Mario Lumbreras y Laura Brasero, 57 días, que muestra la lucha de los primeros pacientes contagiados por coronavirus y el de Jamie Meltzer y Chris Filippone, Hunsville Station, que ha recibido una mención especial.
En cuanto a los largometrajes, The reason I jump, de Jerry Rothwell, ha logrado el segundo premio, mientras que Caperucita roja, de la argentina Tatiana Mazú ha recibido una mención especial.
El primer premio de Tiempo de Historia ha recaído en el documental Silencio Radio, de Juliana Fanjul, que retrata las dificultades que atraviesan los periodistas en México a la hora de ejercer su profesión. Desde su casa, emocionada, Fanjul ha enviado un mensaje de agradecimiento al festival: “Este premio nos llena de esperanza para seguir resistiendo y enfrentar todo lo que viene”.
A continuación ha subido al escenario el cineasta argentino Enrique Gabriel, miembro del jurado de Punto de Encuentro, para anunciar los ganadores de esta sección en la que han participado 12 largometrajes y 9 cortometrajes, no sin antes agradecer al festival el enorme esfuerzo realizado durante estos días. Omelia contadina, de JR y Alice Rohrwacher, ha ganado el Premio al Mejor Corto Extranjero, mientras que el Premio ‘La noche del corto español’ ha recaído en Stanbrook, de Óscar Bernàcer.
Khate farsi, de la directora iraní Farnoosh Samadi, se ha alzado con el Premio al Mejor Largometraje de Punto de Encuentro, una historia que refleja el precio de romper las reglas en Irán si eres mujer. Desde su casa, Samadi ha querido agradecer al festival y al jurado por haberle concedido “un regalo increíble”. “Este es un premio muy especial porque es mi primer largometraje”, ha señalado a través de un video.
Además, la película Piedra Sola, de Alejandro Tarraf, ha recibido una mención especial del jurado de Punto de Encuentro.
Por otro lado, el Premio José Salcedo al Mejor Montaje ha recaído en Vessela Martschewski, responsable de montaje de la película Persian Lessons, de Vadim Perelman.
El Premio a la Mejor Actriz se lo ha llevado Natasa Stork, de Preparations to be together for an unknown period of time (Preparativos para estar juntos un periodo de tiempo desconocido), de Lili Horvát. La intérprete ha agradecido la oportunidad a la directora y ha asegurado que es un gran honor recibir este premio.
El Premio al mejor actor ha sido para Shai Avivi, por Here we are, de Nir Bergman. El intérprete, que encarna a un entregado padre cuyo hijo tiene autismo, también ha enviado un mensaje al festival. “Este premio demuestra que el idioma que hablamos es del corazón. Es una alegría enorme, un auténtico regalo”, ha asegurado.
Los hermanos palestinos Arab y Tarzan Nasser y Fadette Drouard se han alzado con el Premio Miguel Delibes al Mejor Guion por la película Gaza con amor. Ambos hermanos, presentes en el Teatro Calderón, han asegurado que “es un orgullo obtener un premio que lleva el nombre de escritor como Delibes”.
Por otra parte, el premio del público de El Norte de Castilla ha recaído en Nowhere Special, de Uberto Pasolini.
Sección Oficial ha sido la última en entregar sus galardones en el Teatro Calderón este sábado en la gala de clausura. Fernando Pomares ha subido al escenario para recoger dos premios: la Espiga de Oro y el Mejor Corto Europeo por El Màrtir. “Formar parte de Seminci es un sueño”, ha señalado el director.
El premio Ribera del Duero al mejor director ex aequo ha sido para Aurel, por Josep, e Iván Ostrochovský, por Servants, mientras que There is no evil ha recibido una mención especial del jurado.
Y de nuevo han sido los hermanos gemelos Arab y Tarzan Nasser los que han vuelto a subir al escenario para en esta ocasión recibir de la mano de Mariano Barroso, presidente de la Academia del cine española, el segundo premio más destacado del certamen, la Espiga de Plata, por su película por Gaza mon amor, que une una historia de amor de ficción con el hallazgo real de un Apolo por parte de un viejo pescador.
Junto a las pequeñas dosis de humor que ha aportado el showman Alex O’Dgoherty en esta gala de clausura, la última premiada, y la más destacada de toda la Seminci, ha sido Lili Horvát, que ha recibido la Espiga de Oro por su película Preparations to be together for an unknown period of time (Preparativos para estar juntos un periodo de tiempo desconocido), en la que Márta, una brillante neurocirujana, abandona su carrera en EEUU para regresar a su país natal y comenzar una nueva vida con el hombre al que ama.
La directora húngara se ha mostrado emocionada desde su casa y ha asegurado que se siente feliz por este reconocimiento. “Es un honor increíble. Tuve oportunidad de participar en Seminci con mi primer largometraje y ahora ganar estos tres premios ha superado todas mis expectativas”.
Y al igual que las expectativas de Lili Horvát, también Seminci las ha superado celebrando un festival presencial en plena pandemia, con restricciones de aforo y horario, con una alfombra verde por la que han desfilado menos estrellas, con mascarillas que solo dejaban intuir sonrisas a través de la mirada, pero donde el cine finalmente se ha impuesto gracias a la comprensión y complicidad del público.
La Semana Internacional de Cine de Valladolid regresará el año que viene del 23 al 30 de octubre.