El Salón de los Espejos del Teatro Calderón ha acogido hoy sábado, 30 de octubre de 2021, una rueda de prensa con varios de los premiados de la 66ª edición del Festival Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, en la que han compartido sus impresiones al poco de finalizar la lectura del palmarés. Entre muchos de ellos se ha encontrado presente Pan Nalin, director de la Espiga de Oro Last Film Show, quien ha considerado «un honor formar parte de los 66 años de historia» de la Semana de Cine.
«Todos los premios que está recibiendo esta película, desde Tribeca hasta California, son increíbles y muestran que aún se puede creer en el cine y en la experiencia en salas», declaró. Significativamente, el punto álgido de su filme es un homenaje a los cineastas, y ha querido el realizador establecer una comparativa con la propia Seminci, «que también es una fiesta del cine».
Una reflexión constante entre todos los premiados ha sido que, al margen de los premios y los reconocimientos, en las películas es importante su apuesta en distribución. Así lo han expresado Neus Ballús y Miriam Porté, directora y coproductora de la Espiga de Plata Sis dies corrents, que aunque agradecen los incentivos sienten que «aún falta camino por recorrer». Frente al galardón consideran una alegría «no haber tirado la toalla en aquellos momentos del rodaje donde se respiraba la sensación de que se estaba siendo demasiado ambiciosa», y celebran haber arriesgado con «una película de gente real, con humor, donde se muestra que somos capaces de entendernos y convivir con nuestras diferencias».
El multipremiado Fred Baillif ha sido otro de los profundamente agradecidos por sus galardones en Seminci, que abarcan una mención especial a las intérpretes de La Mif y respectivos premios al montaje y a la mejor dirección: «Ha sido una gran sorpresa y una enorme recompensa por haber podido transmitir en un lenguaje para jóvenes todo cuanto se ve en la película», ha declarado, sin querer dejar de compartir el mérito con las «maravillosas» actrices junto a las que ha trabajado: «Como hombre, es el momento de hacer películas feministas».
Y, hablando de actrices, nadie más adecuada para tomar la palabra como la ganadora del premio a la mejor actriz, Yllka Gashi por Hive, de Blerta Basholli: «Es un honor y una alegría después de diez años trabajando en una película cuya historia se puede trasladar a cualquier persona que se esfuerza por encontrar herramientas para superar su sufrimiento». La intérprete ha calificado como una «gran responsabilidad» la ocasión de «poder contar una historia verdadera y de mujeres capaces de tomar las riendas de su destino, que no solo son víctimas».
La cuota de cortometrajes premiados en la Sección Oficial vino cubierta por la Espiga de Plata otorgada a Mi última aventura, de los argentinos Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas, que encajaron su película en «la tradición del cine más clásico en contar historias» y que asumieron su premio como «una ayuda para continuar trabajando y seguir mejorando».
Otros agraciados de la 66ª Seminci
Al margen de los premiados por el Jurado Internacional, diferentes premiados del palmarés de la 66ª edición de la Semana de Cine de Valladolid también han podido compartir sus experiencias con el público presente. Es el caso de Adrián Silvestre, director de la Espiga Arcoíris Sedimentos, que confió que esta clase de premios contribuyese a que se siguiera conociendo «la historia de estas seis mujeres fantásticas». También agradeció su Espiga Verde Cyril Dion, director de la estupenda Mañana, que ha sido reconocido en Seminci por su último trabajo, Animal.
Serhat Karaaslan, ganador del premio al Mejor Cortometraje Extranjero por The Criminals, manifestó que su película era su historia personal: «No era fácil contarla, aunque ahora que ya está hecha la película resulta más sencillo hablar de ello». Representando a Tiempo de Historia, el ganador del segundo premio, Mariano Llinás (Corsini interpreta a Blomberg y Maciel) incidió en la importancia del valor económico que suponen los premios de los festivales («Aunque no suene elegante, aunque no sea lo más espiritual, sí es lo que más nos reconforta una vez salimos del teatro»), y calificó su película como «una comedia documental con necesidad de hacer reír trabajando con las partes más amargas del mundo».
También el ganador del premio Castilla y León en Corto, Alberto Velasco (El rey de las flores), confesó la ilusión que le hacía recibir este reconocimiento y su propósito de «dignificar a los parias que habitamos en el mundo y pedimos respeto».