El realizador leonés pidó más apoyo a las instituciones para los proyectos de cine de Castilla y León
La Gala del Cine y el Audiovisual de Castilla y León premió al cineasta leonés Chema Sarmiento, autor de películas como El filandón y Viene una chica, quien recibió el aplauso y el cariño del público congregado en un Teatro Zorrilla al completo.
El director no pudo evitar señalar lo “increíble” que le resulta haber estrenado “hace 38 años aquí” y poder estar de nuevo en el certamen recibiendo este honor y trayendo “de nuevo la misma película”, El Filandón.
El cineasta, que recibió el premio del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, hizo retrospección y recordó que “hace unos años, antes de la pandemia”, sufrió “una meningitis” que le “llevó al Hospital”. Una vez recuperado, Sarmiento se hizo una pregunta: Si hubiera sido otra mi suerte, ¿Qué habría lamentado no haber hecho? Él mismo compartió la respuesta: “La primera cosa habría sido restaurar “El Filandón”, y otra hacer la película que siempre había soñado hacer, que ya tiene el nombre de “La fábrica de sal”.
El berciano no estuvo exento de reivindicaciones en su alocución y pidió más apoyos a las autoridades presentes en el teatro: “Me atrevo a pedir a todos los organismos que apoyen a los que queremos hacer cine en esta región”, reclamó.
Por último, el galardonado ensalzó el gran valor del premio del certamen vallisoletano con un bonito ejercicio de imaginación. “Pensemos ahora que no estamos en Valladolid, sino en Hollywood, y que esto fuera un Oscar. ¿Qué podemos hacer con un Oscar si lo pones en una repisa y te afea todo lo que tienes en la habitación?”, preguntó el realizador. “Pero esto es una espiga y con una espiga se pueden hacer muchas cosas porque está compuesta de granos y se puede compartir”, aseveró.
El cineasta estuvo acompañado de dos importantes escritores leoneses, Jose María Merino y Luis Mateo Díez, que dieron el prólogo a la entrega del premio narrando la experiencia que fue para ellos el rodaje de El Filandón.
Mateo Díez recordó con añoranza cómo “hace 40 años, un chico parisino se puso en contacto con cuatro escritores leoneses para hacer una película de sus cuentos”. En realidad “no era parisino al 100%, solo había estudiado allí”. “Ese parisino, nos mandó un corto llamado “Los montes” y a los 4 escritores nos dejó deslumbrados”, detalló. El literato explicó, cómo en el proceso de creación de la película, todos los escritores dieron “mucha libertad para hacer los guiones y que escibiera lo que quisiera”, explicó “y él hizo El Filandón”.
Por su parte, José María Merino rememoró el momento en el que leyó el guion por primera vez. “Descubrí algo curioso. Eran 4 cuentos distintos que no tenían nada que ver unos con otros y además un poema que enlazaba los cuatro cuentos. Todo componía una historia”, detalló.
Tras la entrega de la Espiga de Honor, se proyectó la copia recién restaurada de la mítica película “El Filandón”.
Cortos Film Factory
La séptima edición de la Gala de Castilla y León en la Seminci estuvo precedida por la entrega de los premios Film Factory, que todos los años otorga financiación a los mejores proyectos de cortometrajes de la Comunidad.
Ana Redondo, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid fue la encargada de nombrar a los ganadores de esta 67 edición “Tigres Tristes”, de Lucía Lobato, (acudió Enrique García-Vázquez, productor), y Caso Dativo, de Juan Rodríguez Briso.
Además, se proyectaron los tres cortometrajes ganadores del anterior certamen: Juan Carlos, de Enrique García-Vázquez; El novio de la muerte, de Juan Rodríguez-Briso, y Frágil, de Francisco Hervada.