El largometraje A House Made of Splinters ha sido proyectado este martes 26 de octubre en los cines Broadway en el marco de la sección Tiempo de Historia de la 67 Semana Internacional de Cine de Valladolid. Durante la misma ha estado presente Simon Lereng Wilmont, su director.
A House Made of Splinters nos muestra un rincón desgastado y empobrecido del este de Ucrania, donde la adicción proyecta una larga sombra, se encuentra un refugio seguro para los niños temporalmente separados de sus padres. El filme sigue a tres niños que esperan su destino: ¿volverán o se mudarán a un nuevo hogar?, mientras que un grupo de trabajadores sociales dedicados crean pequeños momentos de alegría y respiro de la infancia casi perdida.
Lereng Wilmont ha contado a los asistentes que el rodaje “Comenzó antes de la guerra -entre 2018 y 2019- y duró exactamente un año y medio. Viajaba cada dos meses a Ucrania y pasaba entre 7 y 10 días allí», así como su motivo para comenzar el proyecto: “En 2017 rodé una película en la frontera de Ucrania del este. Conocí a una abuela que era la tutora legal de su nieto y establecimos un vínculo muy bonito, pero tenía una enfermedad cardíaca y no sabíamos si saldría adelante. Al final, por suerte, así fue. Ahí pensé en qué pasaría con todos los niños que no tienen a nadie que se encargue de ellos».
El director también ha recordado con cariño a los niños protagonistas del largometraje, a los que seleccionó exclusivamente “porque eran los que se acercaban y se sentían cómodos siendo grabados» y ha añadido sentirse “muy feliz porque la mayoría, por suerte, ha podido salir de Ucrania».