La sesión matutina de hoy, sexta jornada de la 68 Seminci, ha tenido sobre el plató del festival a algunos de los invitados directamente relacionados con las actividades en torno a la India, país invitado este año. Entre los presentes en la sesión ocupó un lugar privilegiado Carlos Heredero, director editorial de Caimán Cuadernos de Cine y coordinador de libro ‘El cine de la India: tradiciones, rupturas y disidencias’.
Tal como ha explicado Javier Estrada, programador de la 68 edición de la Semana de Cine y conductor de la sesión, el punto de partida para la retrospectiva era una duda: ¿Cuánto sabemos, en realidad, de la cinematografía de la India en España? «La respuesta nos dejaba insatisfechos y queríamos que el papel de la India este año en la Seminci fuera iluminador», ha afirmado.
El libro, el primero que se publica en inglés y en español en la historia de la producción editorial de la Semana de Cine, es ambicioso. «Es posiblemente una de las más completas publicaciones de cine indio en lengua española», ha afirmado el presentador, y acto seguido Heredero ha explicado por qué: «El más interesante el estudio que existe en España sobre el cine indio es de Alberto Elena, un capítulo en el libro ‘Los cines periféricos: África, Oriente Medio, India’. A partir de ahí, nuestra tarea consistía en componer un libro que pusiera el foco en distintos momentos de la historia del cine indio y que fuera representativo».
Tanto Caimán Cuadernos de Cine como la Semana Internacional de Cine de Valladolid coincidían en el enfoque: hacer un libro que no solo viniera a respaldar el ciclo programado, sino que supusiera una extensión al conjunto de la historia del cine indio.
«La pretensión era imposible», firmaba Heredero. «Solo en el momento presente, de abril del 21 a febrero del 22, últimos datos disponibles, la industria india produjo 1691 largos para salas y 1195 para el mercado del vídeo. En se mismo período se contaron 961.000.000 de entradas vendidas solo en su territorio. Si esto lo multiplicamos por la historia del cine indio, se comprenderá que es inasumible».
Descartado lo imposible, listado en el que no entraba hacer un libro en tiempo récord, coordinador, editor (César Combarros), traductores (Gabriela Guerra, Juanma Ruiz y Elsa Tébar) y autores se pusieron manos a la obra. «Nosotros nos hemos limitado a coordinar el trabajo de críticos, estudiosos, investigadores universitarios… de los más prestigiosos especialistas del cine indio, que han trabajado desde la India y desde otras universidades de todo el mundo».
La estrategia fue seleccionar distintos momentos de la historia de la India, y desde esa perspectiva buscaron momentos representativos: «Del cine mudo a etapa clásica y a las múltiples realidades contemporáneas». Es decir, mucho más allá de Bollywood. Como resultado de esa selección se evitó caer en el reduccionismo y la superficialidad en el tratamiento de la historia, tal como explicó el coordinador.