- Ocho directoras, actrices y productoras han participado en el I Encuentro de Mujeres Cineastas, coorganizado junto a CIMA y ECAM Industria, en el Paraninfo de la Universidad.
- Entre las conclusiones del Observatorio de Igualdad de RTVE, dado a conocer en el Encuentro, destaca el aumento de la calidad de los proyectos presentados por mujeres debido a la incorporación de más productoras.
El reto del relevo generacional y la representación de la violencia sexual en el cine en el marco del cambiante entorno que vive la industria audiovisual han servido de punto de partida para el intercambio de opiniones entre las directoras, productoras y participantes en el Encuentro de Mujeres Cineastas, coorganizado con ECAM Industria y la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA), en colaboración con el Centro Buendía, en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid. Este encuentro, abierto al público, ha girado en torno al tema ‘¿Qué pasa cuando ellas toman la palabra? El poder transformador de la mujer en el cine, el plano creativo y también el organizativo’.
Como parte de una futura hoja de ruta para el cine español, tres directoras que han reflejado recientemente la violencia sexual y de género en sus producciones, Icíar Bollaín (Soy Nevenka), María Herrera (Cuento de una noche de verano) y Almudena Carracedo (No estás sola), y la actriz y coordinadora de intimidad Tábata Cerezo reflexionaron sobre cómo cambiar la forma en la que se refleja el consentimiento y la violencia sexual en la ficción y el documental. Para así modificar el imaginario cinematográfico existente hasta ahora, con el fin de incluir mayor diversidad y de luchar contra la fetichización de la imagen de la mujer.
«Llevamos demasiado tiempo viendo en pantalla solo un imaginario, el masculino, en el que la mujer es un objeto de deseo», ha denunciado la realizadora Icíar Bollaín, quien en 2003 con Te doy mis ojos ya planteó por qué una mujer permanecía de media diez años con un maltratador antes de separarse. El cine genera un imaginario, pero también puede transformar conciencias”, añadió Almudena Carracedo, directora del documental No estás sola, que utiliza como herramienta de reflexión sobre La Manada: «Queremos arrojar luz sobre los procesos patriarcales que influyen en el proceso; cuando juntas todas las piezas del puzle, la gente entiende el por qué».
Desde su experiencia como actriz y coordinadora de intimidad, analizando cómo se refleja la sexualidad en la ficción y cómo impacta en el imaginario, en la construcción del deseo, Tábata Cerezo reconoció que se encuentra en ocasiones en conflicto: «Trabajamos al servicio de la mirada del director, pero existe una línea ética de no perpetuar la cultura de la violación en productos destinados a público juvenil». En su opinión: «Aunque rodemos la violencia sexual para denunciarla, cuanto más eroticemos la imagen, más contribuimos a lo contrario», y recordó la famosa escena de la violación de Monica Bellucci en Irreversible, de Gaspar Noé, que se ha convertido en una de las escenas con más visitas en webs porno. «Hemos evolucionado mucho como audiencia, pero cuesta mucho acabar con los mitos», afirmó.
Tanto Almudena Carracedo, como en el caso de Bollaín con su película sobre Nevenka Fernández, la concejala que se enfrentó al acoso del alcalde de Ponferrada hace casi 25 años, abordaron sus proyectos desde una sensibilidad que no es habitual en proyectos dirigidos por hombres. Primero se plantearon si era necesario contar la historia, para después pedir permiso a sus protagonistas para hacerlo, decidiendo qué detalles de la historia pertenecen a la víctima y cuáles al público, y adaptaron el proceso al ritmo de las personas, lo que ralentiza la producción; en definitiva, introducir el mismo respeto en el proceso que en la temática.
El siguiente paso que modificar, según las realizadoras, es la forma de rodar las escenas sexuales, lo que es especialmente importante si incluyen violencia. «Según como la ruedes, puedes convertirla en romántica, e incluso en excitante», advirtió Bollaín sobre la forma de reflejar la falta de consentimiento. La joven directora María Herrera eligió no revictimizar a la mujer mediante la estética en su cortometraje, reflejo de una experiencia personal, que ha presentado en esta edición de Seminci, Cuento de una noche de verano. No solo mostró la violación en un entorno y con una imagen alejada del feísmo, tampoco el violador es en pantalla una persona desagradable. «Este corto es el que me hubiera gustado ver para poder identificar lo que me estaba pasando en ese momento», explicó. «Es difícil identificar si has sufrido violencia sexual; nadie quiere ser una víctima», añadió.
El trabajo de Tábata Cerezo como coordinadora de intimidad se centra, sobre todo, en hablar y ensayar con los actores previamente a las escenas de sexo para que en el rodaje no se generen situaciones incómodas o incluso violentas debido a la improvisación y al pudor por hablar de sexo ante el falso mito de que los actores no tienen pudor. En este sentido, Almudena Carracedo apuntó que los directores deben ser respetuosos con los actores a la hora de rodar escenas sensibles y no pensar solo en extraer de ellos la mejor interpretación.
La forma de reflejar la violencia sexual sin caer en la mirada perpetuada, cómo colocar la cámara o representar el consentimiento, complejizar las historias y a los agresores son debates que, según Icíar Bollaín aún están pendientes: «No tenemos una respuesta a cómo deconstruir la mirada o referentes; la estamos construyendo ahora. No es fácil encontrar un lenguaje nuevo, te lo inventas sobre la marcha». No obstante, la directora se felicitó de que cada vez se ven más imaginarios. Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer. «Tiene que haber más voces y, cuando las mujeres contemos nuestra historia, lo hagamos despojándonos de la educación visual que hemos aprendido».
El futuro de la producción independiente
Entre las miradas que cambian se encuentran también las mujeres dedicadas a la producción. Como han coincidido las participantes en la mesa técnica ‘El futuro de la producción independiente: retos para el relevo’, coorganizada con ECAM Industria, cuantas más mujeres se incorporen a esta función, más cambiará el imaginario colectivo, porque las productoras no solo buscan financiación, también talento e impulsan los proyectos. «Hay que entender la figura de la producción desde un punto de vista 360», advirtió Marisa Fernández Armenteros, quien desde su productora Buena Pinta Media ha producido películas como Cinco lobitos, de Alauda Ruiz de Azúa y Un amor, de Isabel Coixet.
«Los productores independientes sacan adelante al talento joven», convino Sara de la Fuente, fundadora de Mammut Films. Para la joven productora, que ha apoyado proyectos premiados en festivales como Por donde pasa el silencio, de Sandra Romero, «los productores son catalizadores de temas que se hablan en cine y encuentro que los de nuestra generación no están representados».
En este sentido, otra representante del relevo generacional en la producción española es Silvia Fuentes, productora de O corno, de Jaione Camborda, Concha de Oro a mejor película en el Festival de San Sebastián. La promotora de la productora gallega Sétima lamentó la centralidad de la industria audiovisual y ha abogado por las asociaciones de productores como el espacio común desde el que compartir puntos de vista para entender el pasado, el presente y el futuro del sector.
También puso sobre la mesa su experiencia en las incubadoras de proyectos como foro para poner en contacto a creadores con industria. Una plataforma que ha alabado asimismo Marisa Fernández Armenteros como escaparate para la presentación de nuevos guiones. «No somos inaccesibles. Necesitamos encontrar películas», anunció. Aunque reconoció la falta de diversidad de los trabajados presentados a la industria y su deseo de ver representadas entre la selección a más comedias. «No quiero producir Cinco lobitos 2 o encontrar una Alice Rohrwacher. Buscad vuestro propio enfoque», advirtió a los jóvenes guionistas y directores.
Recordó también que el modelo de financiación pública limita el número de proyectos al año que cada productor puede presentar. «La realidad ahora es que la taquilla es una lotería y el margen de error es nulo en las producciones independientes. El cine rivaliza con otras formas de ocio y ahora el cine se ve en distintas ventanas; eso ha hecho que haya que recolocar piezas», y lanzó un mensaje: «Si las compañías grandes quieren coproducir con pequeñas, que lo hagan de verdad no solo aportando dinero y apareciendo en la alfombra roja».
«El excel se ha complicado», añadió María Luisa Gutiérrez, fundadora de Bowfinger International Pictures y CEO de Amiguetes Enterprise, la productora detrás de éxitos de taquilla como Padre no hay más que uno, de Santiago Segura, en referencia al equilibrio presupuestario de una producción. «Han subido los costes por la guerra de Ucrania y los nuevos convenios laborales. También cuestan más los derechos, y es más complicado para las plataformas», lamentó, así como levantó la voz a favor de recuperar el apoyo institucional para los productores independientes, que fueron una referencia en el cine español.
«Entonces se les apoyaba; ahora parece que solo se hace a las plataformas que crean muchos puestos de trabajo y también hay muchos puestos que dependen del talento independiente. Para que un creador trabaje después para una plataforma, un independiente debe haber apostado antes por él. Y somos nosotros los que perdemos la casa si el proyecto fracasa económicamente».
Aun así, Mª Luisa Gutiérrez defendió su decisión de montar su propia productora: «Si trabajas para otro, pasas a ser un camarero que hace lo que le pide la audiencia. En cambio, los independientes podemos hacer lo que queramos, ser diferentes y aportar diversidad al cine español. Yo prefiero tener mi pequeño bar».
Observatorio de Igualdad de RTVE
El Encuentro de Mujeres Cineastas organizado por Seminci sirvió de foro también para la presentación de las conclusiones del Observatorio de Igualdad creado por RTVE en 2018 para hacer seguimientos de los contenidos y garantizar el respeto a los derechos de igualdad. Presentado por Nekane Acha, delegada de Igualdad de RTVE, y el subdirector de Cine del departamento de Ficción y Cine, Gervasio Iglesias, ambos han recordado las medidas desarrolladas por RTVE a favor que han contribuido a la actual emergencia del cine español dirigido o creado por mujeres.
Una de las medidas incluidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género insta a incorporar medidas relacionadas con la igualdad y la prevención de la violencia de género en la selección que realice el Comité de cine de RTVE entre los proyectos cinematográficos cuya producción es cofinanciada por RTVE. Para cubrir esta medida, se ha incorporado el Test de Bechdel en los guiones estudiados para valorar la ayuda.
El estudio, que se realiza sin que los lectores de los guiones conozcan de quién es el proyecto, valora criterios como la presencia de mujeres como productoras o directoras, que tengan a personajes femeninos como protagonistas o que incluyan en sus tramas el fomento de la igualdad de género, que presenten diversidad o luchen contra la violencia de género.
Ayudas a proyectos 2024
Entre los proyectos de 2022, de los 80 proyectos seleccionados, un 38,74% estaban dirigidos por mujeres, cerca del 40% deseado y del porcentaje de mujeres que presentaron proyectos para ser seleccionados. En las mesas de cine de 2023, de los 75 proyectos seleccionados, fueron 27, un 36%. En 2024, el área de ficción y cine se han presentado 260 proyectos, 68 de ellos dirigidos por mujeres, un 26,15%, menos que en 2022 y 2023, aunque el porcentaje de los aprobados ha aumentado: de los 62 aprobados, 23 pertenecen a mujeres, un 37% del total. Si se suman los documentales, el porcentaje global se incrementa hasta el 39%, lo que supera el 30% mínimo establecido por la Ley General de Comunicación Audiovisual de 2023.
Según Gervasio Iglesias: “En el aumento de la calidad de los proyectos presentados por mujeres es fundamental la presencia de las productoras. Si no hubiera sido porque muchas mujeres se han incorporado a la difícil tarea de la producción muchas películas ni siquiera se hubieran planteado».
Como resumió Begoña Donat, la moderadora del Encuentro, que haya más mujeres en todos los sectores de la industria cinematográfica permite que cambie la mirada. «Ojalá que el Premio Nacional de Cinematografía a María Zamora, la segunda productora que lo recibe, abra el camino a que se cuenten más historias desde la diversidad, la periferia y el género».
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