La sección Alquimias hizo viajar a la 69ª edición de Seminci a los confines del espacio sideral con Cyborg generation, el primer largometraje de Miguel Morillo, que presentó junto a Kai Landre, el protagonista. La película narra su decisión personal de implantarse unos receptores en el cráneo para poder traducir los rayos cósmicos a ondas sonoras que le permitiesen oír el espacio exterior. El director declaró la intención de la película de seguir el proceso de transformación de Kai y su lucha personal por entenderse a sí mismo y a su propio cuerpo.
Cyborg generation se aproxima a la filosofía transhumanista, que explora la idea de lo posthumano y la convivencia entre tecnología y cuerpos biológicos. No obstante, tanto el director como el protagonista destacaron que lo que verdaderamente cuenta la película es la vida de Kai, su día a día y la operación a la que se somete. La película se produjo en un largo rodaje de casi 5 años en los que la relación personal de director y actor se fue fortaleciendo y aportando al relato. En esta idea de conferir un poso humano a este relato tecnológico, Morillo explicó la decisión de combinar el celuloide en 16mm, una textura mucho más terrenal y cálida en las secuencias previas a la operación, y cambiar al digital cuando Kai recibe los implantes en su cabeza.
Uno de los aspectos clave de la película es la música, ya que el propio Kai es un músico de la escena de Barcelona. El actor expresó la intención de este proceso ciborg de aportarle nuevos horizontes en su exploración musical. Por ello Morillo y él destacaron el trabajo de Javier Harto, el responsable de la música de la película, que trató de traducir los sonidos que recibía el cerebro de Kai a partituras musicales. Por otro lado, Kai habló de su propia experiencia al verse retratado en la película y cómo este sentimiento le ayuda a analizar las diferencias entre la persona que aparece en Cyborg generation y su realidad actual.