69 edición. Del 18 al 26 de octubre de 2024.
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Las Espigas de Honor de la 64 Seminci reconocen el talento y el talante del cine español

Las Espigas de Honor de la 64 Seminci reconocen el talento y el talante del cine español

Las Espigas de Honor de la 64 Seminci reconocen el talento y el talante del cine español
Clara Lago y Luis San Narciso

22/10/2019.- La Gala del Cine Español de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, ha reunido este martes 22 de octubre sobre el escenario del Teatro Calderón a tres representantes del engranaje cinematográfico, a los que ha entregado la Espiga de Honor: un director de casting, Luis San Narciso; una actriz, Najwa Nimri; y un director, Alejandro Amenábar.

El primero en subir al escenario para recoger el galardón ha sido Luis San Narciso, o «San Luis», como le ha llamado Clara Lago, quien se lo ha dado. «Mi sensación es de eterna gratitud hacia él, una de las personas que han hecho posible que yo esté en el lugar enormemente privilegiado en el que me encuentro», ha apuntado la actriz, que ha alabado también la «calidad humana» de San Narciso, que «cuando lucha por alguien, lo hace con uñas y dientes». En la pantalla del Teatro Calderón han aparecido Paz Vega y Belén Rueda para dar la enhorabuena al director de casting: «Profesionalmente, creo que has cumplido todos tus sueños, y me has acompañado para cumplir los míos», ha señalado la segunda.  A ellas y muchos otros ha dedicado su Espiga el homenajeado: «Gracias a todos los actores y actrices con los que he trabajado por respetarme y mostrarme su complicidad durante estos años».

Julio Medem y Najwa Nimri

«Es de esas personas que hacen la vida interesante», ha dicho el director Carlos Vermut, también a través de un vídeo, de Najwa Nimri. «Tiene un talento único, no he conocido a ninguna actriz como ella», ha añadido otro cineasta, Julio Medem, presente, esta vez sí, en el Teatro Calderón. «Agradezco este premio porque es la recompensa al trabajo de todo este tiempo: por fin sé que pertenezco a un grupo de gente, a esta industria, y eso me hace muy feliz». Ha dicho, además, que «el cine es jurarse amor eterno, es lo único que para el tiempo».

Belén Rueda ha aparecido de nuevo en pantalla para felicitar a Alejandro Amenábar, arropado también por Fernando Bovaira, el productor de todas sus películas; la actriz Ana Torrent, protagonista de su ópera prima, Tesis; y Karra Elejalde, que interpreta a Miguel de Unamuno en el último trabajo del cineasta, Mientras dure la guerra. La primera ha destacado de él que «si hay algo que consigue, es que se le quiera». Y Elejalde, que «tiene un talento y un talante que exceden la media».

Bovaira, Torrent, Amenábar y Elejalde

«La mayoría de los directores hablan de verbos, él habla de adjetivos», ha afirmado, «así que deseo a todos los actores que ojalá tengáis la suerte de trabajar con él, porque os hará mejores intérpretes». Ya con la Espiga en la mano, ha apuntado Amenábar: «Agradezco mucho este reconocimiento, pues es señal de que a mí me estáis comprendiendo en estos tiempos en que parece que nadie se entiende».

La cuarta Espiga de Honor de la tarde ha recaído en el programa El séptimo vicio, de Radio 3 (Radio Nacional de España), que nació hace 20 años en Seminci. Han hecho entrega del galardón a su director, Javier Tolentino, El Niño de Elche y la cineasta Arancha Aguirre, que ha señalado que «hay un medio de matar una película y es el silencio; si es bastante espeso, deja de existir, así que gracias a Tolentino por no permitirlo y concedernos a tantos cineastas una voz que no teníamos». Al recoger el premio, el periodista radiofónico ha pedido «defender desde la butaca el cine independiente, pero también la radio independiente».

Pedro Olea y Concha Velasco

Además, la 64 Seminci ha rendido homenaje a Pedro Olea, que recibió su primer galardón en nuestro festival. Fue hace 50 años, con El bosque del lobo, cuando el premio del festival era aún el San Gregorio. Ahora, de manos de la actriz vallisoletana Concha Velasco («me hace mucha ilusión que mi ciudad, mi festival, le entregue este premio»), ha recibido uno de los actuales reconocimientos del certamen, la alondra, con la que celebra las «bodas de oro» del «romance», como él mismo lo ha definido, que vive con la ciudad de Valladolid, donde completó su formación básica. «Espero seguir viniendo montones de veces, porque estoy en mi casa», ha concluido.

Antes de la celebración de la gala, los premiados han mantenido un encuentro con los medios de comunicación, en el que el primero en intervenir ha sido también San Narciso. «Estoy muy contento de recibir esta Espiga de Honor, sobre todo porque me lo dan junto a dos personas que han marcado mi carrera: Alejandro Amenábar, mi mejor experiencia profesional, y Najwa Nimri, mi mayor descubrimiento», ha comentado. Sobre su alabada labor («es el director de casting más importante de nuestro país, el que está en la cocina, en la parte de atrás de nuestro cine, removiendo el talento», ha dicho Javier Angulo, director del festival), San Narciso ha comentado que, pese a los cambios que vive la industria cinematográfica con el nacimiento de nuevas plataformas y proyectos audiovisuales, «lo básico sigue siendo talento, verdad y emoción». «Lo que busco siempre es alguien que me toque la piel, es tan sencillo y complicado como eso», ha expuesto.

El Niño de Elche, Arantxa Aguirre, Javier Tolentino y Benito Pinilla (subdirector de El séptimo vicio)

«La actriz más especial, la que se puede permitir todo». Así ha definido el director de la cita cinematográfica a Najwa Nimri, quien ha asegurado que la Espiga de Honor le hace «terrible ilusión». La actriz pamplonesa ha contado ante los medios de comunicación cómo se prepara para cada papel: «Hasta quedar exhausta, porque después de comprenderlo con la cabeza, necesito comprenderlo con el cuerpo». Así ha ocurrido con el personaje de Zulema en Vis a Vis, que le ha hecho «conectar con el gran público». «No es que estuviera muerta, pero siento que he resucitado con esta tele global», ha reconocido.

Con solo siete películas («todas ellas magníficas producciones firmadas por un director valiente», en palabras de Angulo), Alejandro Amenábar se ha colocado en lo más alto del cine español. A la última de ellas, Mientras dure la guerra, se ha referido el cineasta, de origen chileno: «Pensaba que mi cine y mi propia vida estaban muy lejos de la política, pero no. Mi familia hizo un viaje de ida y vuelta marcado por dos golpes de estado, el de España y el de Chile». Amenábar también ha asegurado que «el cine es trabajo en equipo: es muy bonito ser el director de una orquesta, pero también ser el primer violín».