Nathalie Baye

Nacida en 1948 en Mainneville, un pequeño pueblo de Norman- día, la solvencia y el prestigio de la actriz francesa trasciende fronteras. A los 14 años dejó el colegio para cursar estudios de baile en Mónaco, antes de viajar a Estados Unidos para conti- nuar con su formación. A su regreso a Francia, estudió en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático de París, graduán- dose en 1972 con un segundo premio en comedia, comedia dra- mática y teatro extranjero.

François Truffaut le dio su gran oportunidad en ‘La noche ameri- cana’ (1973), y volverían a trabajar juntos en otras maravillas como ‘El amante del amor’ (1977) y ‘La habitación verde’ (1978).

Versátil como pocas, su química en pantalla y su capacidad para encarnar personajes complejos le han llevado a interpretar una amplia gama de papeles, con una destreza y una profundidad emocional capaz de conectar con el público, hasta convertirse en una de las actrices más reputadas y solicitadas en su país, pero también en Europa y América.

Así, ha trabajado con algunos de los directores más relevantes de la industria francesa, como Jean-Luc Godard (‘Salve quien pueda [la vida], 1980; ‘Detective’, 1985); Maurice Pialat (‘La boca abierta’, 1974); Bertrand Tavernier (‘Una semana de vacaciones’, 1980); Tonie Marshall (‘Venus, salón de belleza’, 1999); Daniel Vigne (‘El regreso de Martin Guerre’, 1982) o Claude Chabrol (‘La flor del mal’, 2003). Y fuera de su país también ha saboreado el éxito gracias a películas como ‘Atrápame si puedes’ (Steven Spielberg, 2002) o ‘Laurence Anyways’ (Xavier Dolan, 2012).

Su memorable interpretación en ‘Una relación privada’ (Fréderic Fonteyne, 1999), la hizo merecedora de la Copa Volpi a la mejor actriz en el Festival de Venecia, y con ‘Mi hijo’ (Martial Fougeron, 2006) se llevó la Concha de Plata a la mejor actriz en San Sebastián. Cuenta con cuatro premios César: dos como protagonista por ‘El membrillo’ (Bob Swaim, 1982) y ‘El pequeño teniente’ (Xavier Beau- vois, 2005), y dos como secundaria por ‘Salve quien pueda (la vida)’ y ‘Une étrange affair’ (Pierre Granier-Deferre, 1981).