Con recursos como la recreación del barrio de su infancia en un set casi doméstico, la competición de Tiempo de Historia se ha sumado The Mother of All Lies, de la directora marroquí Asmae El Moudir, con las revueltas y represión de Casablanca de 1981 como trasfondo.
Este primer largometraje de la autora, que logró el Premio a la Mejor Dirección en Una Cierta Mirada de Cannes, no ha sido concebido como una denuncia directa, ni siquiera como un trabajo que pretenda «contestar preguntas»; su intención es «provocar una emoción», en palabras de la realizadora.
Partiendo de una «mentirijilla» que le contaron cuando era pequeña, El Moudir indaga en la memoria personal, familiar y de su entorno para acabar abordando «un tema sensible» en su país. No obstante, ha matizado la autora, lo hace «de un modo artístico y desde una perspectiva personal» que, en su opinión, facilita la aceptación por parte del público en general.
Frente a la dificultad de acceder a escenarios donde grabar, la directora ha echado mano de recursos creativos con figuras de arcilla, que remite además de forma metafórica a la niñez y sus juegos.