69 edición. Del 18 al 26 de octubre de 2024.
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18 /26 octubre 2024
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Marta Lallana, directora de ‘Muyeres’: «Son mujeres que han tenido vidas muy duras y están llenas de luz»

Marta Lallana, directora de ‘Muyeres’: «Son mujeres que han tenido vidas muy duras y están llenas de luz»

Marta Lallana, directora de Muyeres
Marta Lallana, directora de ‘Muyeres’: «Son mujeres que han tenido vidas muy duras y están llenas de luz»

Como un fruto maduro que cae por su propio peso, y a partir de una sugerencia de Raül Refree, Muyeres, de Marta Lallana, comenzó a tomar forma años antes de que fuera, en realidad, un proyecto. A la vez que el también músico y productor hacía la banda sonora de Ojos negros (largometraje que Lallana codirigía con Ivet Castelo), inició una colaboración con el músico asturiano Rodrigo Cuevas para Manual de cortejo, una investigación en la cultura asturiana en toda regla disfrazada de disco.

«Pues yo creo que aquí podría haber una peli; te encantaría el tema», le dejó caer Refree a Lallana. El final de la historia es el filme que la realizadora ha presentado en la 68 Semana Internacional de Cine de Valladolid, centrado en ellas, en las mujeres asturianas, y que compite en Punto de Encuentro desde su narrativa de no ficción.

Por el camino, nueva investigación, esta vez de la propia realizadora, que empezó por ver multitud de vídeos grabados sobre mujeres para un programa de la RTPA (Radiotelevisión del Principado de Asturias) y, con ayuda del etnógrafo responsable del programa logró contactar, puerta a puerta, con algunas de las mujeres protagonistas.

«Algunas ya habían muerto, otras estaban muy mayores o en otros domicilios… Me decía que tenía que haber ido diez años antes», ha explicado Marta Lallana. Esa sensación de tristeza de su primer viaje, e primero de muchos durante un año, es la principal responsable de que el filme sea en blanco y negro.

Pero no todo serían penas. De la naturalidad y humildad de sus mujeres, «que pensaban que ellas no tenían nada de especial como para ser protagonistas de un filme», la realizadora aprendió paciencia y el valor de la superación sin estridencias. «Son mujeres que han tenido vidas muy duras; y, sin embargo, están llenas de luz».

El paso a paso del filme, en el encuentro de jóvenes realizadores

Un día después de su presentación en el plató de la Seminci, la sala 5 de los Cines Broadway fue el lugar elegido para un nuevo encuentro entre directores y público, y Muyeres (Punto de Encuentro) fue la cinta protagonista.

El coloquio titulado “Y las raíces permanecen” contó con la presencia de la directora, Marta Lallana, y el responsable musical, Raül Refree. Además, como novedad dentro de esta actividad, jóvenes programadores provenientes de todas las partes de España tuvieron un peso especial dentro del coloquio, siendo los encargados de moderar el mismo.

Según su directora, Marta Lallana, este largometraje tiene como objetivo principal hacer reflexionar sobre el paso del tiempo, nuestros orígenes y no dejar morir la huella de nuestros antepasados. Todo este viaje poético gira en torno a la música de las ultimas guardianas de la tradición oral asturiana.

Antes de llegar a Asturias, la directora se esperaba encontrar a muchas más muyeres que pudieran formar parte de este proyecto. Ahí sobrevino el momento triste: se dio cuenta que quizás había llegado demasiado tarde. La tradición oral asturiana esta al borde de la extinción, sin embargo, esta película es el homenaje perfecto que ayudará a su preservación.

Marta Lallana escribió el guion a medida que iba conociendo a estas mujeres. Las experiencias que estas compartían con la directora son el argumento principal mediante el cual se desarrolla la trama. No obstante, aunque estas vivencias tienen su parte de realidad, están acompañadas de cierto dramatismo que envuelve todo el filme. El rodaje se dividió en dos fases, la primera parte se llevó a cabo en invierno de 2021, y la segunda se había grabado en julio de año anterior.

Según la directora, la cinta se caracteriza por su componente artesanal. Contar con un equipo tan pequeño ha favorecido la relación tan especial que se ha forjado entre los miembros del rodaje y las noveles actrices. Así consiguió que la conexión que existe en la vida real entre los involucrados en la cinta traspasara la propia película.

La voz de Gelita, fallecida durante el rodaje, hilo conductor del filme

Durante el proceso de grabación, personas que iban a estar involucradas en el proyecto cayeron enfermas o fallecieron. Es el caso de Gelita, a quien está dedicada la película. Esta muyer iba a ser una de las protagonistas del largometraje, pero falleció durante la grabación, por lo que fue necesario hacer un parón en medio del rodaje. Su voz se convirtió en el hilo conductor del filme.

La elección de desarrollar la película en blanco y negro tiene como objetivo final representar la crudeza, melancolía y tristeza de aquellos primeros viajes y de algunas partes de proceso. Marta Lallana ha recalcado que la película no necesita el color u otros elementos visuales que distraerían del elemento principal, las mujeres. La única parte de la cinta representada a color es el final. El mensaje esperanzador que evoca es la principal razón de darle color a la imagen. La intención de esta parte de la película es hacer ver que una nueva historia va a comenzar.

La música es el eje vertebrador de la película. Preservar la tradición oral de las últimas mujeres asturianas es el fin último de la película, y a ese objetivo va encaminado el trasvase de los cantares de la película a todo el público. La música es la forma perfecta de mostrar el paso del tiempo y la naturaleza. El encargado de la música en la película, Raül Refree, ha incluido estos canticos en el último disco del artista asturiano Rodrigo Cuevas. En ese trabajo no incluyó los cánticos originales de las mujeres, unas voces que si aparecen representadas en la película.

Según Marta Lallana y Raül Refree, con esta película pretenden evocar en el espectador la necesidad de aprender de nuestros abuelos y de nuestras tradiciones. Estas tradiciones antiguas de más de 500 años, como el romance “Blanca, Flor y Filomena”, están en peligro de extinción. Sin embargo, a través de proyectos como este nunca caerán en el olvido.