Domingo se resiste a abandonar el pueblo en el que vive de la España vaciada. Sus días transcurren tranquilos, lentos e inexorables en los que espera paciente cada semana la visita familiar. Hasta que un domingo, en el que su familia no se presenta a comer, decide salir a dar un paseo. Antes de llegar la noche, algo sucede: en mitad de un parque abandonado del pueblo, alguien se ha dejado olvidada una bicicleta infantil.