Pocos críticos de cine han podido dar un salto tan afortunado desde el papel del periódico al otro lado de la cámara. Fernando Trueba (1955, Madrid) comenzó su andadura trabajando para El País y La Guía del Ocio, pero ni esto, ni fundar la revista Casablanca, parecían suficiente para él. De modo que un día emprendió su carrera como director, una trayectoria que abrió con un corto hecho entre amigos; Óscar y Carlos, protagonizado por Óscar Ladoire y quien se convertiría, inversamente, en uno de los críticos más reputados del país, Carlos Boyero.
Junto a Ladoire firmaría su Ópera prima, pura comedia madrileña llena de toques del cine dirigido por Woody Allen, así como su segundo trabajo; Sal gorda, y cortometrajes como El león enamorado o En legítima defensa. También empezó a mostrar Trueba su interés en artistas rebeldes y arriesgados, con el corto documental sobre el pintor vizcaíno Úrculo o el largo sobre el cantautor Chicho Sánchez Ferlosio, bautizado Mientras el cuerpo aguante.
Ya en los 80, Sé infiel y no mires con quién le supuso uno de sus éxitos más rotundos, sobre todo entre el público. Protagonizada por Antonio Resines, otro de sus actores fetiche, la comedia basada en la obra de John Chapman y Ray Cooney triunfó por su trama llena de enredos y por la calidad de su reparto, completado por Ana Belén, Santiago Ramos y Verónica Forqué. Al año siguiente, Trueba cambió radicalmente de registro con El año de las luces, una tragicomedia ambientada en la posguerra civil en cuyo guion participó Rafael Azcona.
Si bien El sueño del mono loco ya contaba con su primer reparto heterogéneo con actores de Hollywood, hasta Belle Époque no captó Trueba la atención de la gran industria norteamericana. La Academia premió con un Óscar el que aún hoy es, para muchos, el mejor trabajo del cineasta, que pronunció su frase más célebre: “No creo en Dios, creo en Billy Wilder”. Su Dios le llamaría, no mucho más tarde, para felicitarle por el galardón conseguido.
Two Much fue su incursión de lleno en el cine norteamericano como tal, y su primera toma de contacto con el jazz latino, que jugaría un papel importante a lo largo de su carrera en documentales (Calle 54, El milagro de Candeal), conciertos (Blanco y negro) y largometrajes (Chico & Rita, dirigido junto a Javier Mariscal, coescrito con el premio Nacional de Narrativa Ignacio Martínez de Pisón y nuevamente candidata a los Óscar), todos ellos marcados, de alguna forma, por la música del cubano Bebo Valdés.
Su andadura comercial continuó por La niña de tus ojos, ganadora de siete goyas y cuya secuela, La reina de España, se prevé para 2016; y respectivas adaptaciones de Juan Marsé y Antonio Skármeta, El embrujo de Shanghai y El baile de la Victoria. Su última cinta ha sido El artista y la modelo, protagonizada por Jean Rochefort, Aida Folch y Claudia Cardinale.
A lo largo de su carrera, Trueba ha ganado cinco premios Goya (tres por director y dos como guionista) y ha sido nominado a otros siete. Ha logrado triunfar en Berlín, Venecia y San Sebastián, donde hace un mes recibió, además, el Premio Nacional de Cinematografía. Este año vuelve a Valladolid para recoger la Espiga de Honor en la 60ª edición. En 1989 coordinó la serie de televisión La mujer de tu vida, estrenada a nivel nacional en Seminci dentro de la ya extinta sección ‘La Serie del año’.