Marzo de 2020. Después de China, la tierra entera ha sido confinada. Nuestro mundo, al que llamamos real, se ha vaciado de contenido y se van multiplicando formas de vida digitales, a semejanza de esas parejas cuyos avatares comparten a distancia una misma vida en un mundo virtual. ¿Y si la crisis que estamos viviendo realmente no es una pandemia, sino una ‘desrealización’ acelerada de nuestras vidas?