En su cuarto largometraje, la directora italiana reincide en uno de esos retratos de la Italia profunda, en este caso la de los años ochenta. Una belleza inigualable palpita en cada fotograma de esta fábula en la que esa picaresca propia de la cultura mediterránea convive con la búsqueda de la utopía. Inesperado zahorí, Arthur tiene el don de localizar huecos bajo tierra. Un atributo que lo convierte en el perfecto buscador de tesoros en la región italiana que alberga las ruinas de la civilización etrusca. Aunque lo que Arthur anhelaría reencontrar, la quimera que lo guía, es a Beniamina, su amor perdido. Como ya demostró con El país de las maravillas (2014) y Lázaro feliz (2018), la herencia del neorrealismo queda a buen recaudo en manos de Alice Rohrwacher, que aquí cuenta además con Isabella Rossellini, la hija del maestro, como una de las protagonistas.
Nacida en 1981 en Fiesole (Italia), estudió en Turín y Lisboa. Compuso e interpretó música para el teatro antes de sentirse atraída por el cine, donde comenzó a trabajar como montadora de documentales. En 2006 participó en el largometraje colectivo ‘Checosamanca’ con el episodio ‘La fiumara’, y su primer largometraje, ‘Corpo celeste’ (2011), tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes. En 2014 ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes con ‘El país de las maravillas’, antes de conquistar el premio al mejor guion en 2018 con ‘Lazzaro feliz’. En 2021 presentó allí su documental ‘Futura’. Además ha dirigido numerosos cortos, como ‘Omelia contadina’ (mejor cortometraje de la sección Punto de Encuentro de Valladolid en 2020) o ‘Le Pupille’ (2022, nominado al Oscar). En 2023 estrenó ‘La quimera’ en el Festival de Cannes.