Estocolmo en 2121 es una ciudad que se ha hundido en el lecho de roca submarino y en la que perviven, como antiguos jalones de la capital sepultada ahora bajo las aguas, las estaciones de metro de la línea azul. Aquí, la vida sigue como siempre. Y a pesar de que la población está a punto de ser aplastada por la creciente presión del agua, el mayor deseo de Nikki sigue siendo volver a estar con su exnovio.