Una aldea remota, una madre y un hijo que acude a cuidarla. Bajo esta premisa arranca Stepne, ópera prima de Maryna Vroda que ganó el Premio a la mejor dirección y el de la crítica en Locarno. Ambientada en un paraje inhóspito donde conviven los fantasmas de distintas opresiones, Vroda firma una película de inspiración neorrealista que bucea en la identidad ucraniana a través de las voces de los ancianos del lugar para tender puentes entre un pasado y un presente que se parecen demasiado y plasmar una realidad donde la corrupción parece filtrarse por todos los estratos de poder. Predilección por el plano secuencia y una iluminación que encuentra calor a la luz de las velas para un filme cuya temática y formas la acercan a la también ucraniana Pamfir (Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk, 2022), que tanto gustó en la pasada edición de la Seminci.
Nació en 1982 en Kiev (Ucrania). Después de graduarse en Dirección por la Universidad Nacional de Teatro, Cinematografía y Televisión I.K. Karpenko-Kary de Kiev en 2007, trabajó con Sergei Loznitsa. En 2008, varios cortometrajes que dirigió como parte de su plan de estudios (‘Family Portrait’, 2006; ‘The Rain’, 2007; ‘The Oath’, 2008) participaron en festivales de toda Europa, y en 2011 con ‘Cross-Country Run’ ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje en Cannes. En 2010 participó en el Berlinale Talent Campus y en 2013 utilizó la Residence Cité Internationale des Arts de París para escribir el guion de ‘Stepne’, su ópera prima, que se estrenó en 2023 en el Festival de Locarno, donde conquistó los premios Fipresci y al mejor director. En 2015 dirigió el documental ‘Penguin’ y en 2016 realizó un máster en la Universidad de Cine Konrad Wolf de Babelsberg.