Grigore conduce un camión para una granja avícola. Las estrictas normas le prohíben hacer paradas en la ruta, aunque esta es muy larga. Grigore nunca cuestiona esta prohibición hasta el día en que le roban las ruedas y tiene que pasar la noche en una posada. Allí descubre que existe una conexión entre los huevos, la Pascua y el amor conyugal.