Prohibido en el contexto de la invasión comunista tras la Primavera de Praga, el primer largometraje de Drahomíra Vihanová, confeccionado a los modos de la Nueva Ola Checoslovaca, no pudo verse en salas hasta veinte años después, en 1990. Arnošt, un soldado cuyo trabajo es mantener la seguridad de Josefov, pasa un domingo de resaca haciendo sus tareas de forma rutinaria, para volver a emborracharse por la noche en el pub donde trabaja Marie. Recogiendo el marco teórico de una generación irrepetible del cine checoslovaco, a través de técnicas de montaje vanguardista y un profundo poso de análisis y sátira social, la película nos acerca a la anodina vida cotidiana de un soldado, que funciona como analogía fantástica de la situación de un país cuya libertad y esplendor cultural parecen haber sido fruto de una lejana ilusión.
Cineasta nacida en Checoslovaquia en 1930 y fallecida en Chequia en 2017. Estudió Musicología y Piano en Brno, antes de licenciarse en Dirección y Montaje en la FAMU de Praga, como muchos otros cineastas responsables de la regeneración del cine checoslovaco de los sesenta. Su primer largometraje, ‘Un domingo desperdiciado’ (1969), es un oscuro drama psicológico que captura la desesperanza y la futilidad de la vida. No sería proyectado en cines por motivos políticos hasta 1990. Vihanová se dedicó después a la realización de documentales y a la televisión, convirtiéndose en una representante destacada de la corriente existencialista del cine documental checoslovaco. Solo pudo volver a dirigir ficción a partir de 1989. En 2014 recibió el León Checo por su contribución al cine de su país.